Ha terminado la fiesta, todo el mundo se ha ido menos mis amigos, que me van a ayudar a recogerlo todo.
- Gracias por quedaros chicos, esto es mucho para mi sola.
- No pasa nada Kris, los amigos están para ayudarse- reponde Roony con una sonrisa- además, si no te ayudo ahora no podré aprovecharme de tí después... jajaja
- ¡Ah! serás...- digo mientras le tiro un cojín.
De repente, me tira él otro cojín y empezamos los cuatro una guerra de cojines por toda la casa. Estuvimos una hora los cuatro jugando y luego nos ponemos a recoger.
Cuando terminamos de recoger, le doy las gracias por última vez a los tres y se va cada uno a su casa. En ese momento me pongo a hacer una pequeña recapitulación de lo ocurrido durante el día y llego a la conclusión de que no ha estado nada mal, ha sido llegar a este sitio y besar el santo vamos... Me voy a dormir, pero de repente suena el teléfono. Voy a cogerlo.
- ¿Diga?
- Hola, eres Kristen, ¡no?
- Sí, ¿tú quién eres?
- Alguien que necesita tu ayuda, ¿podemos vernos?
- Pues no sé qué decirte... es muy tarde y no sé siquiera quién eres....
- Lo sé, y sé que es extraño, pero eres la única que puede ayudarme...
- ¿Yo?, ¿por qué?
- Bueno, sé tu secreto... Kaeli.
En ese mismo instante me quedo de piedra, ¿quién es y cómo lo sabe? Rapidamente tomo una decisión.
- Vale, ¿dónde quedamos?
- Nos vemos en diez minutos en el camino que hay al este del bosque en las afueras.
- Voy para allá.
Me dirijo al garaje pero a mitad del camino decido ir mejor corriendo. Mi casa está justo en frente del bosque, pero al oeste, así que me meto en el bosque, me transformo y empiezo a correr hacia el otro lado. Cuando llego, veo una furgoneta aparcada a un lado del camino. M vuelvo a transformar y me acerco sigilosamente... de repente se abre la puerta y veo algo para lo que no estaba preparada en absoluto.... en un instante todo mi mundo se para, todo deja de girar, el tiempo no corre y mi respiración desaparece por completo. Los árboles, las plantas, los animales... ya no hay nada, sólo yo y...
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