Acabo de volver del colegio. Hoy he vivido por enésima vez la entrada en un nuevo instituto y lo que podríamos llamar "integracón social". A estas alturas no se me da nada mal, es lo que tiene tener tanta práctica. Las tres primeras clases no fueron del todo mal. Todo el mundo me miraba por ser la novedad, pero la mayoría no pasó de ahí, o al menos al principio. Las cosas empezaron a cambiar cuando llegó la hora de educación física. Lo bueno de ser una felina es que tienes sus movimientos y su gilidad, por lo que, modestia aparte, en gimnaia soy un portento. Y claro, cuando todos me vieron, todos me querían en su equipo, y ese fue el comienzo de mi popularidad en el instituto. El resto del día todo fueron frases como: "¿comes con nosotros?", "te vienes mañana al cine con nosotros?", "si quieres te puedes sentar aqui"... y bueno, ya sabéis, todas esas cosas que se dicen cuando te quieres hacer amigo de alguien. Pero al final, el grupo que más me llamó la atención fue el que menos caso me hizo, y cuando me acerqué por curiosidad, me recibieron muy amablemente, así que decidí quedarme con ellos porque me parecían los más sinceros. El grupo estaba formado por dos chicos y una chica. Los chicos se llamaban Trevor y Roony, y la chica se llamaba Andrea (era de origen español), pero la llaman Andy. Eran unos apasionados del patinaje en patines en linea, al igual que yo, así que, en principio, encajamos perfectamente.
A la mañana siguiente Trevor fue a buscarme porque vivía al lado mía para que nos fuéramos juntos al instituto. Trevor era un chico alto, un poco más delgado de lo normal, con el pelo rubio y un poco largo. Tenía los ojos color marrón y una cara bastante corriente. Vi que llevaba sus patines puestos así que decidí ponerme los míos y nos fuimos patianado los dos hasta el colegio. En la puerta nos encontramos con Roony y Andy, que se estaban quitando ya sus patines. Mientras nos quitabamos los nuestros...
- Roony, hoy dicen que las pistas de patinaje de las afueras están libres, ¿vamos a ir no?- Pregunta Trevor.
- Está claro, en cuanto terminemos de comer todo el mundo a mi casa y nos vamos.
Andy se me queda mirando y me dice muy alegremente:
- Kris, en ese todo el mundo se te incluye a ti, ¡que no se te olvide!
- ¿De verdad? ¡Pues claro! muchas gracias- digo yo con una amplia sonrisa en la cara.
- ¡De nada mujer! Ya eres de los nuestros- responde Roony.
El día ha pasado como cualquier otro día, con las clases normales y todo lo demás. Después de comer, me preparo para irme a patinar y aparece Trevor por mi puerta para recogerme, tal y como quedamos después de clase.
- ¡Vamos Kris! Andy ya debe de estar en casa de Roony, viven al lado.
- Si venga.
Me termino de colocar mis patines y nos vamos los dos a casa de Roony. Realmente no vive tan lejos, así que llegamos en un abrir y cerrar de ojos. Una vez allí, los cuatro nos dirijimos hacia la pista de las afueras, que parece ser que es más grande que el resto, y cuando llegamos lo compruebo por mi misma.
-¡Guau! ¡Es flipante chicos!
- ¿A que si?- me responde orgullosa Andy
- Pero venga, menos hablar y más pat...- Trevor se queda en mitad de la frase porque escuchamos de fondo una explosión, nos giramos y miramos en dirección a un pequeño bosque que hay detrás de la pista. Cuando observo bien me doy cuenta de que el humo que sale de allí no es un humo cualquiera, es de un color azul intenso... aquí ocurre algo, tengo que saber que pasa.
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