lunes, 8 de febrero de 2010

¡LO SIENTO DE VERDAD!

No me matéis por favor, pero ya sabéis como son las cosas cuando estás en segundo de bachillerato: todo se reduce a estudiar, estudiar y estudiar. Pero aqui estoy otra vez, retomando la historia. Subiré los capitulos, aunque no con tanta frecuencia como a mi me gustaría... en fin, haré lo que pueda. Espero que lo sigais de veras... y repito: ¡LO SIENTO MUCHISIMO!

domingo, 27 de septiembre de 2009

ADELANTO!!

el comienzo del próximo capítulo, más tarde subiré el resto =)

Me giro rápidamente para ver la pantalla y veo a Dan. Algo le pasa, no es él, está distinto. ¡Tiene un aspecto horrible! Parece haber envejecido instantaneamente... Está mirando a mi padre, le ha dicho algo que no he alcanzado a escuchar... Mi padre le responde.


- Pero, ¿dónde has estado?
- Fui a mi casa, necesitaba recuperar algunas cosas...
- ¿Y por qué tienes ese aspecto?
- Eh... estoy muy cansado, llevo varios días durmiendo mal.
- Vale, pues vete a descansar entonces, no queremos que te pongas mal tú también.
- Y... - de repente pone la peor cara de preocupación que he visto en mi vida- ... ¿cómo está ella?
- La verdad es que no lo sé...
- ... bueno, si ves algún cambio, avísame por favor- dice con un deje de súplica en su voz.

viernes, 18 de septiembre de 2009

lo sientoo...

bueno, como me esta ocurriendo mucho ultimamente porque ya he empezado el curso y segundo de bachiller requiere mucho tiempo, pues no tengo tiempo para subir, prometo subir este finde va? perdonad el retrasoo!

domingo, 13 de septiembre de 2009

16- Conversando conmigo misma



Llevo encerrada aquí mucho tiempo, puede que hayan sido horas, días, semanas... no lo sé, aquí no tengo la noción del tiempo. Primero intenté resistirme, luché, grité, pero no pasó nada. Después me frustré, me enfadé, me asusté y lloré. Pero he llegado a la conclusión de que no va a servir de nada, así que ahora, simplemente, estoy esperando. El único sentido que me queda funcionando es el del oído, pero a ratos hubiera preferido que no, llevo todo este tiempo escuchando lo mal que lo están pasando todos, y no he escuchado aparecer a Dan ni una sola vez... realmente no le importo, no hay razones para lo contrario.


Veamos, a ver si puedo encontrar algo en mi mente que me ayude a entender algo de lo que está pasando. Paso por cada uno de mis recuerdos, por los rincones más recónditos, pero nada. Un momento, esa luz... ¿Qué es?, ¡nunca la había visto! En un acto reflejo miro hacia abajo, un momento, ¿es mi cuerpo? ¡Tengo mi cuerpo! pero... esto no es mi cuarto... miro hacia la luz, mejor caminar hacia ella, no hay ningún sitio más, todo está negro. Llego hasta ella, algo me dice que tengo que atravesarla. Primero paso un brazo, no ocurre nada. Luego paso la otra, lo mismo. Termino de psar todo el cuerpo. Una vez la cruzo me encuentro en un sitio que yo jamás había vito. Es un prado verde, jamás he estado aquí, peor aún así me resulta familiar, como si hubiera estado en él toda mi vida... De repente, escucho un ruido. Empiezo a escuchar voces distorsionadas. Me giro y veo que detrás de mí ha aparecido como una pantalla gigante en el aire, es como si estuviera en un cine. Pero no se ven bien las imágenes... un momento, empieza a aclararse... eso es... ¿eso no es mi cuarto? ¡Si lo es! ¡Es mi cuarto! Dentro están mi madre y mi padre hablando. Lo veo y lo escucho todo...

"- ¿Que le pasa a nuestra hija Athos?

- No lo sé cariño... nunca había visto algo así...

- ¿Saldrá de esta?

- Eso espero, de verdad que sí..."

No puede ser... están pasándolo mal y yo aquí, sin poder hacer nada. ¿Qué hago ahora? Mejor será que vea dónde estoy... no se porque me resulta tan familiar...


- Es fácil, siempre has estado aquí.


¿Qué? ¿Qué era eso?


- Soy yo, bueno eres tú... hablando claro, soy tu mente.

¿Se puede saber de qué va esto?


- Deja de preguntar tanto que no es tan difícil.


¿Y se puede saber cómo sabe lo que estoy pensando?


- Hija, pereces tonta, ¿no te acabo de decir que soy tu mente? ¡Lógicamente sé que estás pensando!

- Vale, esto es totalmente subrealista-digo en voz alta.

- Ya, lo dice la niña que se convierte en un animal ¿no?

- Vale, pues entonces esto es más subrealista de lo normal.

- Eso ya es otra cosa.

- Bien, pues ahora, ¿te importaría explicarme qué hago aquí?

- No lo sé.

- ¿Cómo que no lo sabes?

- Yo sé lo que tú sabes, y si tu no sabes qué haces aquí, yo tampoco.

- Pero tú sabias que era esto y yo no.

- Eso es distinto, tú si lo sabías, peor no sabías que lo sabías.

- Eso es un poco lioso.

- Pero es la verdad.

- ¿Y cómo lo sabías tú?

- Porque normalmente soy yo la que vive aquí...

- ¿Y qué ha pasado?

- Pues no sé, sólo sé que ahora tú estás aquí y yo estoy dentro de tu cabeza... o algo así, porque dentro de tu cabeza es donde siempre he estado.

- ¿Estás en mi cabeza?¿Entonces cómo es que te escucho en voz alta?

- No me escuchas en voz alta, está todo dentro de tu cabeza.

- Dios, no entiendo nada.

- Yo tampoco, pero así están las cosas...

- Vale, y... ¿Sabes...?... bueno, ¿sé que tengo que hacer aquí?

- No, así que te aconsejo sentarte a esperar.

- ¿Eso es lo que tú haces? ¿No es muy aburrido?

- No tanto, yo es que vivo a través de tí. Pero tú ahora no puedes hacer eso porque tu cuerpo no tiene vida.

- Lo dices como si estuviera muerta...

- No, estás viva, pero ahora mismo es como si tu suerpo estuviera vacío.

- Esto es raro...

- ¿Qué no lo es?

De repente una voz extraña suena en la pantalla. Me giro para mirar y....

martes, 8 de septiembre de 2009

hola!! bueno, que no puedo escribir porque no tengo mucho tiempo, aqui os dejo el comienzo del proximo capitulo como un adelanto =) un beso (L)

Llevo encerrada aquí mucho tiempo, puede que hayan sido horas, días, semanas... no lo sé, aquí no tengo la noción del tiempo. Primero intenté resistirme, luché, grité, pero no pasó nada. Después me frustré, me enfadé, me asusté y lloré. Pero he llegado a la conclusión de que no va a servir de nada, así que ahora, simplemente, estoy esperando. El único sentido que me queda funcionando es el del oído, pero a ratos hubiera preferido que no, llevo todo este tiempo escuchando lo mal que lo están pasando todos, y no he escuchado aparecer a Dan ni una sola vez... realmente no le importo, no hay razones para lo contrario.


Veamos, a ver si puedo encontrar algo en mi mente que me ayude a entender algo de lo que está pasando. Paso por cada uno de mis recuerdos, por los rincones más recónditos, pero nada. Un momento, esa luz... ¿Qué es?, ¡nunca la había visto! En un acto reflejo miro hacia abajo, un momento, ¿es mi cuerpo? ¡Tengo mi cuerpo! pero... esto no es mi cuarto... miro hacia la luz, mejor caminar hacia ella, no hay ningún sitio más, todo está negro. Llego hasta ella, algo me dice que tengo que atravesarla. Primero paso un brazo, no ocurre nada. Luego paso la otra, lo mismo. Termino de psar todo el cuerpo. Una vez la cruzo me encuentro en un sitio que yo jamás había vito. Es un prado verde, jamás he estado aquí, peor aún así me resulta familiar, como si hubiera estado en él toda mi vida... De repente, escucho un ruido.

lunes, 7 de septiembre de 2009

15- Mi propia cárcel




Entro en la cocina y me encuentro a mi madre llorando. ¿Qué pasa aquí?

- ¿Qué te ocurre mamá?
- Nada hija...- dice limpiándose las lágrimas.
- Vamos mamá, cuéntamelo.
- Es que... es que...- empieza a llorar otra vez- es tu abuela, no creo que se reponga, está tan mal... ¡y yo debería estar con ella!
- ¡Pues ve! Ve a su casa y acompáñala, seguro que eso le ayuda a recuperarse.
- ¿Tú crees? ¿Debería ir?
- ¡Pues claro! ¿Cómo lo puedes dudar?
- Tienes razón, me voy ahora mismo.

Se levanta y me da un beso en la frente.

- Gracias cariño.
- De nada mamá.

Pobre abuela, ¿saldrá de esta? Este mismo fin de semana voy a visitarla. Pobrecita mamá, se le veía desolada. No para de pensar sobre eso mientras me preparo el desayuno. Me pongo una taza de leche y unas magdalenas. Cuando termino de desayunar, lo recojo todo. Me dirijo a la puerta para subir y prepararme, pero veo algo extraño por la ventana. ¿Qué es? Me acerco para ver si puedo vislumbrar algo. De repente, algo sacude la tierra y todo empieza a vibrar. Los platos y los vasos se caen de sus estaterías, la mesa parece perder el equilibrio de un momento a otro, los cuadros caen de las paredes... en ese mismo intante intento salir corriendo, pero mis piernas no quieren responderme, no soy dueña de mi cuerpo. Empiezo a perder mis fuerzas poco a poco, las extremidades me pesan, ¿qué está pasando? Noto, que empiezo a perder la consciencia, los ojos se me van cerrando a poco y tengo la sensación de que me estoy precipitando al vacio. Mi último pensamiento antes de caer el suelo y desmayarme por completo es la imagen de Dan.

-----------------------------------------------------------------------------------------------

Voces, no se lo que dicen... el sonido de un reloj, ¿qué hora es?... necesito levantarme, ¿por qué no me reponde mi cuerpo?... Vuelvo a sumirme en un estado de inconsciencia...

-----------------------------------------------------------------------------------------------

Recupero mi consciencia del todo. Mi mente funciona a pleno rendimiento. Escucho la voz de mi madre preocupada, preguntándole a mi padre por mi estado, ¿ella no debería estar con la abuela?. Mi padre le responde que no sabe cuando despertaré. ¡Ya he despertado! Pero no controlo mi cuerpo, no puedo abrir los ojos, no puedo mover las piernas ni los brazos, no puedo hablar... ¿Qué está pasando? Esto no puede ser, ¡ya desperté! ¡Tendría que moverme! Intento mil movimientos con la mayor fuerza posible pero no hay ni un sólo cambio, es como si yo estuviera viva pero mi cuerpo.... no. Todos estos esfuerzos no han servido para nada. Empiezo a llorar en mi mente, estoy totalemnte desorientada, no se cómo salir de aquí, mi cuerpo se ha
convertido en mi propia cárcel.
[ hola! bueno, siento que este capítulo sea más corto que los otros, pero es que este era el mejor sitio para cortar y dejarlo así en suspenso para el próximo. muchas gracias por leer =) ]

viernes, 4 de septiembre de 2009

14- Los ojos del mal


- No, espera- dice de pronto mi padre- me suena, creo que lo conozco, ¿tú no eres un hijo de Ayrton?
- ¿De qué me conoce?
- Os conocí a tí y a tus hermanos cuando érais pequeños, no has cambiado nada...
- Pues lo siento, pero yo no le recuerdo...
- Lo entiendo, lo entiendo... ¿Pero qué haces tú aquí?

Ahora me toce explicarselo todo...

- Verás papá...

De repente, Dan se adelanta y empieza a hablar

- La cosa es que mi familia ha tenido que irse de viaje, pero a mi me tuvieron que dejar aquí para poder acabar el año escolar, no sabían dónde dejarme, entonces se enteraron de que ustedes se habían venido a vivir aquí, y decidireon venir apedirles el favor. Cuando vinimos, no estaban, sólo estaba su hija. El viaje corría prisa y no podían esperar su vuelta, así que me dejaron confiando en su buena voluntad de darme cobijo.

Pero ¿qué?... no entiendo nada, ¿qué está haciendo?, ¿por qué no le cuenta la verdad? ¡Así podría ayudarle! No sé, aun así, será mejor que me calle... si hace esto será por algo.

De repente, mi padre reacciona.

- Vale, pero antes quiero hacerte algunas preguntas.
- Adelante.
- ¿Cuándo vuelven tus padres?
- No lo sabemos, por eso han preferido dejarme.
- Y tus hermanos, ¿no tienen que acabar el curso?
- Ellos ya no estudian, trabajan en el negocio de mi padre.
- Vale, ¿cómo nos ponemos en contacto con tus padres?
- No se puede.
- ¿Cómo?
- Han ido a un lugar a resolver asuntos de los que nadie debe saber, por lo que no pueden dejar señales en ninguna parte.
- Pero... ¿volverán no?
- Si, tranquilo, no se preocupe.
- Muy bien, en ese caso, quédate hasta que necesites.
- Muchas gracias señor.
- Llámame Arthur, y mi mujer es Cassie.
- Vale.
- Muy bien, pues entonces, Kristen, adecua la habitación de invitados,a partir de ahora será la de Dan.
- Vale papá.

Rápidamente me pongo en movimiento.

- Vamos Dan, acompáñame.

Los dos subimos rápidamente la escalera, y, sin perder un segundo, entramos en la habitación y yo cierro la puerta.

- ¿Por qué has hecho eso? ¡Mi padre tendría que ayudarnos!
- ¿No recurdas lo que te dije cuando nos conocimos?
- ¿El qué?
- ¡Nadie debía saberlo!
- ¿Y eso por qué no me lo recordaste ayer?
- No sé, estaba despistado, no me di cuenta.
- Vale, pero sinceramente, creo que mi padre sería de gran ayuda...
- Por favor Kris...

¿Me ha llamado Kris? ¡Me ha llamado Kris! Eso sólo lo hacen los que me consideran su amiga, ¿él me considera su amiga? ¡Quizás sí! O a lo mejor... un momento, ¿y a mí qué me importa? ¿qué hago pensando esto? Centrémonos en lo importante.

- Vale, no diré nada.
- Gracias.
- De nada. Ayúdame a hacer la cama.

Entre los dos preparamos todo. Me siento cansada, necesito un descanso ya. Me despido y me voy a dormir. En cuanto cojo un poco de sueño, empiezo a tener los sueños mas raros que jamás he tenido. Un hombre con una capa negra andando por un pasillo. Yo voy detrás, estoy aterrada, ¿a dónde me lleva?, ¿qué me va a hacer?... las antorchas colgadas en las paredes de los pasillos iluminan tenuemente nuestro camino, que parece no acabar nunca. De repente, llegamos a una puerta que no he visto venir. El hombre pone su mano, escondida en un guante, sobre el picaporte, pero sin girarlo. Se para durante un segundo y gira la cabeza hacia mí lentamente. Nuestros rostros se encuentran y, mientras el tuerce su boca en una mueca que pretende ser una malévola sonrisa, entro en estado de shock. Los ojos mas espeluznantes que jamás haya visto, ojos negro como el carbón, con el reflejo del fuego en sus pupilas, como si lo único que tuviera delante fueran llamas devorandodeme. Entonces comprendí la cruda realidad... el fuego no me consumía a mí, consumía su propia alma.

Me despierto de golpe, llorando, sin poder emitir palabra alguna, con la única imagen en mi mente de esos dos ojos, los ojos del mal. La cabeza me va a estallar, algo no marcha bien, no era un sueño normal, era demasiado real. ¿Qué era ese hombre, o esa criatura, y qué hacía yo con él? ¿Qué significaba ese corredor y a dónde conducía esa puerta? Necesitaba respuestas, pero no sabía dónde encontrarlas, era todo tan confunso...

Miro la hora, las ocho, hora de levantarse. Tengo hambre, será mejor que primero baje a desayunar antes de nada. Bajo la escalera a toda prisa deseosa de llevarme algo a la boca. Cuando cruzo la puerta ocurre algo totalemnte inesperado...